Esta es la última parte sobre la historia de una Kitsune (zorro de nueve colas de Japón) espero hayan rutado y aprendido al igual que yo sobre la mitología japonesa =)
EMBAUCADORES
Los kitsune en ocasiones se presentan como embaucadores, con variaciones que llevan desde seres traviesos hasta malévolos. Las leyendas cuentan que los kitsune traviesos atacaban a los samurái demasiado orgullosos, comerciantes codiciosos y plebeyos pretenciosos, mientras que los más malvados abusaban de los comerciantes pobres y granjeros o sobre los monjes budistas devotos. Sus víctimas eran usualmente varones; ya que a las mujeres eran poseídas. Por ejemplo, los kitsune idean usar los kitsune-bi para llevar a los viajeros por un camino errado como una forma de fuego fatuo. Otra táctica del kitsune es confundir a su objetivo con ilusiones o visiones. Otro truco usado por los kitsune embaucadores incluyen la seducción, robo de comida, humillación del arrogante o venganza con insultos. Existe un juego tradicional llamado kitsune-ken (puño del zorro) que da testimonio del poder del kitsune sobre los seres humanos. El juego es similar al piedra, papel o tijeras, pero las tres posiciones de la mano significan un zorro, un cazador y un jefe de la villa. El jefe de la villa gana al cazador porque lo supera en rango; el cazador gana al zorro porque le dispara; el zorro gana al jefe de la villa, pues lo hechiza.
Estas descripciones ambiguas, junto con su reputación para los vengativos, motivaron a las personas a descubrir los motivos de la problemática de los zorros. En un caso, Toyotomi Hideyoshi, quien fue el daimyō que unificó Japón a finales del siglo XVI, escribió una carta al dios Inari:
A Inari Daimyojin,
Mi señor, tengo el honor de informarle que uno de los zorros que está bajo su jurisdicción ha hechizado a una de mis sirvientas, causándola a ella y a otros una serie de problemas. Haga el favor de tomar unos minutos en consultar el tema, y procure encontrar la razón de por qué su súbdito se comporta mal y me haga conocerla. Si el zorro no tiene un motivo adecuado para su conducta, quedará bajo arresto y se le castigará inmediatamente. Si usted vacila en tomar una acción en este tema, ordenaré la destrucción de cada zorro en el país. Cualquier otro asunto sobre el que se desee informar o en referencia a lo que haya ocurrido, puede consultarlo al sumo sacerdote de Yoshida.
Los kitsune mantienen sus promesas y se esfuerzan por pagar cualquier favor. Ocasionalmente un kitsune se enfoca especialmente a una persona o familia, a la que pueden causar toda clase de travesuras. En una historia del siglo XII, sólo la amenaza de exterminarlos por parte del dueño de una casa consigue persuadirlos a comportarse bien. El patriarca de los kitsune apareció en los sueños del hombre:
"Mi padre vivió aquí antes que yo, señor, y ahora yo tengo muchos hijos y nietos. Ellos hacen muchas travesuras, estoy asustado, y yo siempre les pido detenerse, pero ellos no prestan atención. Y ahora, señor, usted razonablemente se ha hartado de nosotros. Comprendo que usted nos vaya a matar a todos. Pero solo quiero que sepa, señor, cuanto lamento que esta sea nuestra última noche con vida. ¿No podría perdonarnos, una vez más? Si nosotros creamos problemas otra vez, entonces usted podrá hacer lo que mejor convenga. Pero los jóvenes, señor — estoy seguro que ellos entenderán cuando yo les explique por qué usted está tan alterado. Haremos cualquiera cosa, nosotros podemos protegerlo de ahora en adelante, sólo con que nos perdone, ¡y estaremos seguros de hacerle saber a usted cualquier cosa buena que pueda ocurrir!"
Otros kitsune usan sus poderes mágicos para el beneficio de su compañero o huéspedes mientras el ser humano lo trate con respeto. Como yōkai, sin embargo, los kitsune no comparten la moralidad humana, y un kitsune está establecido en una casa a su estilo, por ejemplo, se lleva el dinero del huésped o artículos que han sido robados de las casas vecinas. Como consecuencia, las familias comunes pensaban que los kitsune protegidos son tratados con sospecha. Extrañamente, las familias de samurái tenían privilegios de compartir la misma disposición que los kitsune, pero estos zorros eran considerados myōbu y usaban su magia como signo de prestigio. Las casas abandondas eran guaridas comunes para los kitsune. Una historia del siglo XII cuenta que un ministro que se mudó a una vieja mansión descubrió una familia de zorros viviendo en ella. Ellos intentaron asustarlo, reclamando que la casa "había sido nuestra por muchos años, y ... nosotros deseamos protestar enérgicamente." El hombre se negó, y los zorros se resignaron a mudarse a un lote abandonado cercano. Las historias distinguían los regalos del kitsune con los pagos del kitsune. Si un kitsune ofrecía un pago o recompensa que incluía dinero o bienes materiales, parte o todo el pago consistiría de papel viejo, hojas, ramitas, piedras u objetos similares sin valor que están bajo un hechizo que los hace aparentar como bienes con valor. Los verdaderos regalos del kitsune eran usualmente intangibles, como la protección, conocimiento o larga vida.
ESPOSAS Y AMANTES
Los kitsune son muy conocidos como amantes, usualmente en historias que involucran un joven varón humano y un kitsune que toma la forma de una mujer humana. Los kitsune pueden ser seductores, pero estas historias ofrecen un aspecto más romántico. Típicamente, el hombre joven desconoce que se casa con un zorro, quien se muestra como una esposa devota. El hombre eventualmente descubre la verdadera identidad del zorro, y la esposa es forzada a dejarlo. En algunos casos, el esposo despierta de un sueño, con inmundicia, desorientado y lejos del hogar. Él debe entonces regresar a confrontar a su abandonada familia deshonrada. Muchas historias presentan a las esposas zorro teniendo hijos. Si los hijos son humanos, heredan cualidades físicas especiales o sobrenaturales. El onmyōji Abe no Seimei era conocido por haber heredado dichos poderes extraordinarios. Otras historias muestran a los kitsune casándose con otro. Cuando llueve con un cielo despejado, es llamado a veces kitsune no yomeiri o la boda del kitsune, en referencia a una leyenda que describía a una boda entre las criaturas que ocurrió durante dicha lluvia. El evento es considerado un buen augurio, pero los kitsune obtendrán venganza de cualquiera que no fue invitado.
EN LA FICCIÓN
Dentro del folclore japonés, los kitsune han aparecido en numerosas obras japonesas. Las obras de nō, kyōgen, bunraku y kabuki se derivan de los cuentos tradicionales de los kitsune, de igual modo en los trabajos contemporáneos como el manga, anime y videojuegos. Por ejemplo, la forma de Luigi de Mario Bros. con el Traje de Tanuki se llama Luigi Kitsune. Algunos kitsunes famosos son el Kyubi de Naruto y el demonio zorro Kurama de Yu Yu Hakusho. Los autores occidentales de obras de ficción han empezado a usar las leyendas de los kitsune. A pesar que las representaciones varían considerablemente con respecto a las historias folclóricas, los kitsune son generalmente descritos como seres sabios, astutos y poderosos.
Kuzunoha, madre de Abe no Seimei, es un kitsune muy conocido como protagonista en obras del teatro tradicional japonés. Es el personaje principal en la obra de kabuki y bunraku de cinco partes Ashiya Dōman Ōuchi Kagami. En la cuarta parte Kuzunoha o el zorro del bosque de Shinoda, es a veces representado independientemente de las otras escenas y muestra el descubrimiento de la identidad real de Kuzunoha y su posterior despedida de su esposo e hijo.
Tamamo-no-Mae es el personaje del drama nō Sesshoseki y de las obras de kabuki y kyōgen Tamamonomae. Tamamo-no-Mae ha cometido maldades en India, China y Japón pero es descubierta y muere. Su espíritu se transforma en una "piedra asesina", de ahí toma el título de la obra. Ella eventualmente recibe la redención del monje budista Gennō.
Genkurō es un kitsune conocido por su devoción filial. En la obra dramática de bunraku y kabuki Yoshitsune Sembon Zakura, la amante del samurái Minamoto no Yoshitsune, Shizuka Gozen obtuvo un pequeño tambor o tsuzumi hecho con la piel de los padres de Genkurō. El zorro adquiere la forma humana y se convierte en servidor de Yoshitsune, Satō Tadanobu, pero es revelada su identidad. El kitsune explica que el escuchó la voz de sus padres cuando el tambor era golpeado. Yoshitsune y Shizuka le dan el tambor, por ende Genkurō le da a Yoshitsune protección mágica.
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